jueves, 12 de mayo de 2016

Estudios de los sentimientos tristes


El llanto de los vasos vacíos


Desde dentro de sus ojos cristalinos
observó mi rostro,
cubriendo tan sólo una parte
con su pequeña manita.
Desde dentro de sus ojos transparentes
dirigió una pregunta a los míos,
mientras señalaba las cicatrices
que atraviesan mi frente.
"¿Te duele?"
He contestado que no,
que las heridas curan
y las brechas se cierran.
Porque no quiero que le tenga miedo a caerse.

Solo cuando ellos, sin ojos, dicen
"¿Aún duele?"
penetra su pregunta en los míos,
de ennegrecidas pupilas por el humo.
Acariciando con su piel lija
cada músculo y ventrículo.

Joder.

La pregunta es:
"¿Cómo no va a doler?"
¿Cómo no va a doler?
La ausencia de un líquido del que fui recipiente.
Fluir que habitaba
donde ahora, rozan tus manos de escofina sin dientes.
¿Cómo no va a doler su ausencia?
Si sus efectos aún perduran en mí.


En realidad no es una metáfora de la regla, oye, pero podría.


Los vasos llenos de sus lágrimas


Dios, hoy he visto las escaleras mecánicas
y me he visto rodando hasta el fondo.
Hasta que mi pelo se enganchara
con los dientes hambrientos de su sino.
Tras tres volteretas involuntarias,
que acabasen en mi cráneo despeñado.
Por todas las acciones estúpidas que comete.
Estúpidas.
O no.
Pero joder,
me han preguntado que si le echo de menos.
Pero la pregunta es:
"¿Cómo cojones no iba a echarle de menos?"
Perdón por las palabrotas.
Y por las decisiones,
que no puedo evitar tomar.


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