jueves, 21 de julio de 2016

Romance en negativo y magia nocturna


Se me olvidó
que no iba a verte más.
Y no me acordé
cuando me hacías fotos
mientras fumaba en tu ventana
    desnuda.
Y cuando utilizaste mi vientre y mis senos
como lienzo improvisado.
En la radio sonaba música francesa
y tu me mirabas el sexo
como si fuera el lugar perfecto
desde el que contar secretos al mundo.

El sol y las ganas
calentaron mi piel,
sobreexpuesta en el objetivo
húmeda, bajo el pincel y la tinta.
Algún día solo será un rollo de negativos más.
Y tú para mi,
el recuerdo de unas manos ágiles
con la cámara y los pinceles,
como mínimo.

Pero decidí no recordar las razones
por las que no iba a verte más.
Y sustituirlas por las que argumentan
los besos bajo el agua de la ducha,
las frambuesas con trufa de mi boca
o tu forma de devorarme por dentro.

Me da igual lo que dijeran los mayas
y sus estrellas.
Tú y yo,
somos los magos de esta noche.


Magia nocturna

Veranos de asfalto


Que el puto invierno se acabó.
Dejad de quejaros
y quitaos las pieles y el abrigo.
Vamos a desnudarnos
y a sonreír y a comernos el alma.
Que el sol ya quemó las flores
de la primavera pasada,
y es hora de ponernos bajo su sombra.
Comprendedlo.
Vuestros males son los de todos
y no son ninguno.
Dejad de quejaros.
Vamos a brindar en una playa de sueños
y a zambullirnos desnudos
aunque sea en este mar de asfalto
que es Madrid.
Pero sin llantos,
ni más lloros.
No estáis peor que el resto.
Dejad de quejaros
y vamos a bebernos el calor de un buen vino,
y de besos en la boca.

A ver si de repetirlo
me aplico este cuento,
que en realidad es un 'por favor'.


Vuelve a amanecer

La importancia de las hojas caídas


A mis primos por su boda.



Juntos en cada florecer
y durante la primavera
pero también en las rosas deshojadas
y en las hojas caídas,
esperando el brotar de cada nueva semilla
entre la hojarasca.


"La importancia de las hojas caídas"
Óleo, tinta y pan de oro sobre lienzo
54x65cm

Paula conmigo misma


Qué bonito es verte amar
y mirarte sin rencor.
Qué bonito será abrazarnos
como nunca imaginé.

Cómo nunca imaginé
lo placentero que sería perdonar,
ni cómo el tiempo
filtró los recuerdos en mi boca,
que ahora paladeo en color rosa
y tienen ese regusto dulzón.

Sonreír con la felicidad
de un ser amado,
en un tiempo verbal imperfecto.
Regodeo en una alegría
que no podría ser la mía
pero sí es la suya.

Qué bonito es olvidar las hieles.
Tú me llamaste apicultora de utopías y locuras,
cuando esta es la miel
con más cordura que he probado.

Qué bonito es amar
y haberte amado.


Yo conmigo misma.