Que el puto invierno se acabó.
Dejad de quejaros
y quitaos las pieles y el abrigo.
Vamos a desnudarnos
y a sonreír y a comernos el alma.
Que el sol ya quemó las flores
de la primavera pasada,
y es hora de ponernos bajo su sombra.
Comprendedlo.
Vuestros males son los de todos
y no son ninguno.
Dejad de quejaros.
Vamos a brindar en una playa de sueños
y a zambullirnos desnudos
aunque sea en este mar de asfalto
que es Madrid.
Pero sin llantos,
ni más lloros.
No estáis peor que el resto.
Dejad de quejaros
y vamos a bebernos el calor de un buen vino,
y de besos en la boca.
A ver si de repetirlo
me aplico este cuento,
que en realidad es un 'por favor'.
Vuelve a amanecer |
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