Se me olvidó
que no iba a verte más.
Y no me acordé
cuando me hacías fotos
mientras fumaba en tu ventana
desnuda.
Y cuando utilizaste mi vientre y mis senos
como lienzo improvisado.
En la radio sonaba música francesa
y tu me mirabas el sexo
como si fuera el lugar perfecto
desde el que contar secretos al mundo.
El sol y las ganas
calentaron mi piel,
sobreexpuesta en el objetivo
húmeda, bajo el pincel y la tinta.
Algún día solo será un rollo de negativos más.
Y tú para mi,
el recuerdo de unas manos ágiles
con la cámara y los pinceles,
como mínimo.
Pero decidí no recordar las razones
por las que no iba a verte más.
Y sustituirlas por las que argumentan
los besos bajo el agua de la ducha,
las frambuesas con trufa de mi boca
o tu forma de devorarme por dentro.
Me da igual lo que dijeran los mayas
y sus estrellas.
Tú y yo,
somos los magos de esta noche.
Magia nocturna |
No hay comentarios:
Publicar un comentario