domingo, 21 de octubre de 2018

Aún no somos tan valientes


Vivimos bloqueados por el miedo.
Ya lo sabía pero el otro día me di cuenta.
Otra vez.
Que vivo bloqueada por el miedo.
El puto miedo.
El miedo al que dirán.
El miedo al ridículo.
El miedo a estar y de menos
y estar de más.
El miedo a perderme la vida,
mientras la vida se pierde.
Y eso que ya lo sabíamos
que no forma parte del valor vivir sin miedo,
sino convivir con él.
Pero aún así,
el puto miedo.
Todo el rato.
Y joder,
yo quiero más.
Quiero más.
Lo quiero todo.

Dicen que se ha acabado el verano
y con todo lo que hemos aprendido,
aún no somos tan valientes.
Pero ya queda menos.

Porque hace ya mucho que decidí que ibamos a ser gigantes.
Si si, nosotras.
Que cuando menos lo esperasen
iba a empezar a salir petroleo a chorros
y a empaparnos las caras.

Por eso, quiero que lo sepas:

Que nuestras lágrimas vienen de los mismos lagos.
Compartimos la sangre de una misma hembra.
La temperatura de este abrazo es la suma de tu vientre y el mío.

He sentido tu calor
He llorado tus ojos.
Hemos escuchado juntas los rugidos de las bestias salvajes
que aullan dentro.

Somos hermanas.


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