Yo, amo.
No te amo,
pero amo.
Porque lo que amo es estar viva.
Con todas sus consecuencias.
Incluso el miedo
pero harta
de que amar signifique ser frágil.
No te amo,
pero como me apetecen tus ojos,
pero como me apetece tu boca entre mis piernas.
No te amo,
pero te digo que me quedaría toda la noche contándonos
cuentos.
Hoy me atrevo.
Sin ningún resquicio de temor,
a decir bien alto
que yo amo.
No te amo,
pero amo.
Es decir,
te amo.
Yo,
como catástrofe natural,
por estrellarme con la vida
y amar hacerlo.
Una vez tras otra.
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