Sigo a Selene
cada noche.
Buscando la Luna
para aullarla.
No voy sola.
Voy con otras lobas,
con otras locas.
Lunáticas
con lágrimas de plata.
Mis brujas.
Y hacemos magia.
En noches de alquimia.
Recordamos rituales.
Los que hacían nuestras abuelas.
Escuchamos los susurros
de las que llamaron súcubos.
Desde el fondo
del precipicio,
al que tiraron.
Me hablan.
Me dicen cosas.
Todas las almas
de Selene.
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